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martes, 31 de agosto de 2010

DESIERTO DE FLORES BORDADO


(foto de gabriel sanhueza)

El fenómeno del desierto florido* se adelantó este año, porque lo habitual es que las explanadas ubicadas entre Copiapó y la zona norte de la Región de Coquimbo se llenen de colores a partir de septiembre. Esta vez brotaron a principios de agosto.
Pude comprobarlo hace unos días, manejando cientos de kilómetros, desde Copiapó, casi sin parar. Sólo por el desierto.
Suspiros, patas de guanaco y añañucas, fueron las flores que me acompañaron durante dos horas. Flores que tiñen de violeta, blanco y amarillo las zonas más secas del desierto. Un milagro de la naturaleza, que sólo se repite cuando la lluvia se deja caer en las tierras áridas del norte.
Este año entre mayo y junio cayeron unos 26 mm de precipitaciones, que fueron el presagio de la aparición de las flores.
Las lluvias permiten que una gran cantidad de semillas y bulbos que estaban en estado de latencia, germinen al llegar la primavera. No llegan solas, las acompañan una proliferación de insectos, aves y especies de pequeños lagartos.
El evento se extiende en su mayor esplendor desde el sur de la ciudad de Vallenar hasta el norte de la ciudad de Copiapó, tanto en las zonas costeras como interiores y cordilleranas, desde el mes de septiembre hasta el de noviembre.
Ojala que dure hasta que los mineros salgan de la tierra. Sería como un regalo multicolor de la naturaleza para aliviar las penurias que sufren.

30 de agosto de 2010

* Fenómeno climático que se produce en el Desierto de Atacama en Chile. Consiste en la aparición de una gran diversidad de flores entre los meses de septiembre y noviembre, en los años en que las precipitaciones son inusuales para el rango normal para el desierto).

jueves, 26 de agosto de 2010

LOS NAUFRAGOS DEL FONDO DE LA TIERRA

La primera pregunta que formularon los mineros náufragos en el fondo de la mina, no fue por ellos. Querían saber que había pasado con los otros compañeros, que ese día también estaban trabajando. Estallaron en júbilo cuando les dijeron que todos estaban a salvo.
La entereza de los 33, su valentía y sobre todo su sentido solidario, demuestran su alto nivel de resiliencia. Esto es característico entre la gente trabajadora, en los pobres de este país, en quienes viven en desventaja social. Aquellos a los que como sociedad muchas veces no respetamos ni cuidamos.
La resiliencia es la capacidad de reaccionar bien frente a la adversidad, a los traumas, a las tragedias y a las amenazas, sean del origen que sean.
Una mujer, después del terremoto, mirando los escombros de lo que había sido su casa, le dijo a los periodistas: “Soy fuerte y toda mi familia está viva”.
Ser resiliente no significa no sentir la dificultad o el dolor. Significa saber sobreponerse a ello.
No es una característica con la que se nace o no se nace. Son conductas, pensamientos y acciones que cada uno de nosotros puede aprender y desarrollar.
De un terremoto se puede salir herido, lastimado, física o emocionalmente. Pero también puede ser un aprendizaje, una herramienta útil para desarrollar conductas favorables, que nos servirán frente a las nuevas dificultades que la vida nos presente.
El concepto está tomado de la física: resiliencia es la capacidad de los cuerpos u objetos de reaccionar frente a fuerzas externas que tienden a distorsionar su forma. O sea, capacidad que les permite retomar su forma inicial, debido a su elasticidad o flexibilidad.
También lo tomó la ecología, para referirse a la capacidad de recuperación de un ecosistema o una especie, luego de ser sometida a una presión desmedida.
Hoy la osteología, en medicina, lo usa para definir la capacidad de los huesos de crecer en el sentido correcto después de una fractura.
Últimamente se habla de resiliencia comunitaria. Esa capacidad de los pueblos para superar crisis y catástrofes (inundaciones, terremotos, erupciones, etc.). Las bases de esta resiliencia son la autoestima colectiva, la identidad cultural, la honestidad, la solidaridad y el liderazgo social. Bases que como país debemos fortalecer
26 de agosto de 2010

jueves, 12 de agosto de 2010

EL FANTASMA DE TSCHERNOBYL

Estaba en Berlín a fines de abril de 1986, cuando se produjo la catástrofe de Tschernobyl, a unos 1.000 kilómetros de distancia. Ni siquiera el muro, que rodeaba entonces la ciudad, impidió que la radioactividad la alcanzara en pocos días, silenciosa, implacable, mientras las autoridades minimizaban los alcances de la tragedia.
Fue entonces, cuando descubrí la importancia de las organizaciones no gubernamentales y de la investigación científica independiente. Unos jóvenes científicos del Öko-Institut de Friburgo, fueron los primeros que alertaron a la población de la contaminación radioactiva presente en el ambiente.
Con calma pero preocupados, llamaron a que las personas se ducharan por más de 20 minutos si se habían expuesto a la lluvia que el primero de mayo cayó sobre gran parte de Alemania, también en Berlín. Había que dejar los zapatos fuera de la vivienda. Los niños no debían jugar en las cajas de arena de las plazas infantiles.
El Yodo, el Cesio, el Estroncio, el Xenón y el Plutonio estaban sobre nuestras cabezas.
Sólo entonces los personeros de gobierno se vieron obligados a reconocer la gravedad de la situación.
Hoy, casi 25 años después, la historia se repite. Mientras los incendios forestales arrasan con el suelo radioactivo de Tschernobyl, las autoridades rusas a regañadientes y con desidia reconocen que se queman más hectáreas en las zonas contaminadas por la catástrofe nuclear de 1986, que lo admitido inicialmente.
Alexei Iablokov, ex responsable de ecología en el Consejo de Seguridad de Rusia, advierte, que en caso de fuertes vientos las partículas radioactivas podrían desplazarse centenas de kilómetros y contaminar el noroeste de Rusia, Moscú o Europa Oriental. Y lo peor, ser aspirada por las personas.
El experto en energía nuclear de Greenpeace, Wladimir Tschuprow llama a no minimizar el peligro de la contaminación radioactiva y señala que jamás los incendios deberían haber alcanzado las zonas con contaminadas.
Lo concreto, es que hasta hoy no ha sido investigado como reacciona la radioactividad presente en el suelo ucraniano con las partículas venenosas de los incendios. Un coctel nada saludable, que las autoridades rusas, con su inoperancia, no trepidan en ofrecer a su pueblo

12 de agosto de 2010

miércoles, 4 de agosto de 2010

MACHISMO CORRIENTE

La última agresión sexista contra las mujeres chilenas viene del Superintendente de Salud, Luis Romero. En un dudoso sentido del humor no encontró nada mejor que señalar que las mujeres son caras. Al comentar las tablas de factores de riesgo de las Isapres*, que incrementan los precios según el sexo y la edad de los usuarios, textualmente dijo:
"La primera vez que vi las tablas me di cuenta de algo que me había dado cuenta cuando tenía 15 años: que las mujeres salían caras. Y eso es una realidad".
Precoz salió este Lucho. Ya a los 15 años, tenía sus prejuicios y estereotipos sobre las mujeres. ¿Qué experiencia traumática lleva en sí?
Lo dicho, es otra prueba del machismo ordinario que ha impregnado toda la vida a la derecha chilena. Ya Carlos Larrain, presidente de Renovación Nacional, nos dio una triste muestra de ello hace unas semanas, cuando señaló que "las mujeres son más débiles, (Bachelet) necesitaba de un ´gladiador´ que la defendiera, cosa que no sucede con el actual Mandatario, puesto que es hombre".
Pensamientos retrógrados como estos permiten que en nuestro país, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres ganen el 78% del sueldo de los hombres, aunque se desempeñen en el mismo cargo.
Respecto a la salud, arguyen que la mujer tiene la culpa del embarazo y por lo tanto tiene que pagar el costo asociado. Niegan, al mismo tiempo, una contribución solidaria de todos al financiamiento de la salud en Chile.
Lo novedoso y preocupante es que los autores de estos arrebatos de machismo vulgar, no hayan tropezado hasta hoy con un muro de reprobación que les obligue a tragarse sus palabras.
4 de agosto de 2010
Isapre, Institución de Salud Previsional, creadas en 1981, bajo la dictadura de Pinochet, son organismos privados de seguros de salud. Las mujeres en edad fértil y los ancianos pagan una mayor cuota de afiliación.

martes, 3 de agosto de 2010

BONGO ESTA EN EL CIELO

Si cuando te mueres y después hay algo más, estoy seguro que los perros, y no nosotros, siempre estarán en el cielo, jamás alguno irá al infierno.
Ayer por la tarde murió Bongo, un perro lindo que por dos años alegró la vida de Loulou nuestra hija. Lo atropellaron en la calle, en Luis Pasteur, casi esquina de Vitacura.
Si de verdad existe el cielo, creo que el Bongo anda corriendo por allí, saltando, olisqueando todo, persiguiendo lo que se mueve, moviendo la cola, disfrutando la libertad que siempre quiso tener, y echándonos de menos de igual forma que todos nosotros vamos a extrañarlo.
Loulou lo dibuja con alas en el cielo, encima de una nube. La Canela,nuestra otra perra, lo llora y extraña.
Parafraseando a Lord Byron, puedo decir que en alguna parte está Bongo, que fue bello sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos.

3 de agosto de 2010