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domingo, 26 de febrero de 2012

¿ADIVINA QUIEN VIENE A CENAR A KASSEL?

Con el discurso hecho… y quizás hasta con los crespos, se quedó el comerciante chileno-alemán Horst Paulmann, quién era el principal orador en la cena anual “Hermanos Grimm” del Club de Leones de Kassel, que debía realizarse el pasado viernes 24 de febrero.
A horas de su realización, la cena se suspendió. Oficialmente por razones de seguridad. La verdad es que fue por el repudio transversal que despertó la invitación de tan controvertido personaje.
Académicos y estudiantes, así como periodistas y medios de comunicación encontraron éticamente inaceptable esa invitación. Primero, porque Paulmann durante años fue socio comercial de la Colonia Dignidad. Una secta internacionalmente conocida por los abusos sexuales cometidos a los niños y por ser un lugar de tortura durante la dictadura de Pinochet.
Paulmann vendía en sus supermercados el pan, la miel y los productos provenientes de la Colonia, sin ningún tipo de escrúpulos.
Segundo, por las prácticas laborales de Cencosud, el imperio de Paulmann, que llegan incluso a encerrar por la noche a los trabajadores de los supermercados Santa Isabel, para impedir posibles robos; u obligan a las cajeras a usar pañales para que no necesiten ir al baño durante la jornada de trabajo.
En Kassel se supo todo. Los estudiantes averiguaron que Paulmann, nacido en esa ciudad, era hijo de Werner Paulmann, miembro de las SS y presidente del Tribunal Correccional de Kassel. Obviamente que el hijo no tiene la culpa del pasado nazi de su progenitor, pero es feo que siempre lo haya ocultado inventando otras historias.
Los medios germanos recordaron las alabanzas de Paulmann al dictador Pinochet, a cuyo entierro acudió profundamente conmovido. Se volvió a reproducir una entrevista con el Süddeutsche Zeitung, uno de los diarios más importantes, donde el comerciante dice “Habría que hacerle un monumento a Pinochet porque les dejó las manos libres a los Chicago Boys”.
Un día antes de la frustrada cena se dio a conocer la última de Cencosud, que aún es investigada por la justicia chilena: ingresar a Chile, después del terremoto del 27 F, alimentos y declararlos como ayuda de emergencia para eludir impuestos y derechos de aduana. La mercadería fue finalmente vendida en los supermercados de Paulmann procurándole ganancias millonarias.
Todo este historial puso en tela de juicio no sólo la integridad moral de Paulmann, sino también su actuar comercial. Era imposible que los “Hermanos Grimm” mantuvieran la invitación a su cena anual, cuando se trata de un grupo comprometido con la libertad política y de pensamiento.
Un ejemplo para los parlamentarios chilenos, que graciosamente le concedieron la nacionalidad a este controvertido personaje, con el auspicio entusiasta de su amigo, el ex presidente Lagos.
26 de febrero de 2012

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