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viernes, 7 de octubre de 2011

EL OCASO DE EINSTEIN Y EL AUGE DE LOS ESTUDIANTES

(foto de gabriel sanhueza suárez)
Quería escribir sobre el desahucio de Einstein, hecho que conmueve hoy al mundo de la ciencia.
¿Hay algo que se mueva más rápido que la luz?, se preguntó hace cien años el físico más grande de toda la historia. “Nada”, se respondió a sí mismo.
Ahora llega desde Italia la noticia de que si existe algo que se mueve más rápido que la luz, que alcanza la friolera de 299.792.458 m/s.
El terremoto científico ocurrió el pasado jueves 29 de septiembre. Ese día un grupo de físicos constató que los neutrinos, un tipo de partícula subatómica, es decir más chica que un átomo, que casi carece de masa y no tiene carga supera la velocidad de la luz.
En 60.7 nanosegundos, lo que nos es mucho, si sabemos que un nanosegundo es la milmillonésima de un segundo, lo que es lo mismo que 10 elevado a la 9.
O sea los neutrinos “volaron” desde la Agencia Europea para la Investigación Nuclear, en la frontera franco-suiza hasta el laboratorio Gran Sasso en Italia a una velocidad de 299.798.454 m/s.
Un golpe duro contra la física moderna, que obligará a todos a repensar todo, partiendo por las velocidades máximas y lo más terrible con el principio que primero está la causa y después el efecto.
Un tema apasionante, pero que mejor lo dejo, porque ya me imagino, la sonrisa irónica de mi amigo Polo, si llega a leer estas líneas. Aún recuerdo como se desternilló de la risa cuando vio que leía un libro sobre moluscos, para entender las diferencias entre los murícidos y los tónidos.
Y mientras Einstein decae, las demandas de los estudiantes chilenos siguen en auge. Al altísimo apoyo con que cuentan entre la ciudadanía, cerca del 90%, se sumó ayer un fuerte espaldarazo del Fondo Monetario Internacional, FMI.
Este organismo recomienda aumentar los impuestos a las empresas para tener ingresos fiscales que atiendan las necesidades sociales como disminuir la desigualdad de ingresos y las insatisfechas, entre ellas, una educación pública y de calidad.
Esta afirmación deja en una posición más incómoda aún al deteriorado gobierno de Piñera y refuerza las posiciones de los estudiantes que le están cambiando la cara a mi país.
Estudiantes, que como escribió Violeta Parra son: “Jardín de nuestra alegría, aves que no se asustan, de animal ni policía”. Aunque esta última estrofa sea por estos días sólo un pleonasmo.
7 de octubre de 2011

sábado, 6 de agosto de 2011

“DO IT THE CHILEAN WAY”: LUMAZOS* EN VEZ DE EDUCACION

Hace un año atrás, me llamaban y escribían amigos y familiares que viven en el extranjero, emocionados por el heroico esfuerzo en rescatar a los 33 mineros enterrados vivos.
Nunca Chile había tenido un rostro tan positivo. El mundo entero nos veía como un país serio, eficiente, con inventiva, pero sobre todo, como un país profundamente humano y solidario con sus trabajadores accidentados. Eran los días gloriosos del „hazlo a la chilena“.
Fue esa imagen la que hizo ironizar al documentalista de Estados Unidos Michael Moore: “la próxima vez que tengamos un derrame en el Golfo de México, llamemos al Gobierno de Chile. Sabrá qué hacer".
Por supuesto, que como muchos ven el mundo y la vida con las antiparras de la economía, hasta se calculó cuánto habría costado tener esa imagen a través de una campaña publicitaria: la exposición en TV, portadas de diarios, internet y radio en el mundo, como la que tuvo Chile, habría significado entre 1.000 y 2.000 millones de dólares.
Todo ese inmenso capital intangible, que nos conectaba positivamente con un mundo globalizado está siendo destruido rápidamente por el gobierno de Piñera.
Primero fue la aprobación del proyecto HidroAysen, sin considerar su impacto ambiental en uno de los últimos territorios vírgenes del planeta. Prácticamente todas las opiniones en el extranjero señalan que el proyecto, calificado incluso como obsoleto y primitivo, es un desastre para la Patagonia chilena. La guinda de la torta la colocó el editorial del The New York Times, que indica que la construcción de las represas significará un “daño irreparable” para el medio ambiente.
En estos días, el mundo no entiende que el estado chileno no asuma la educación como su principal responsabilidad. Es incomprensible, para un uruguayo, un francés o un finlandés, que las familias tengan que pagar gran parte del costo de la educación de los niños y que por ello la calidad de la misma dependa de sus posibilidades económicas.
¿Cómo entender, que en los años sesenta, cuando Chile era ocho veces más pobre tenía educación pública financiada por el estado?.
Duele, aunque sea verdad, que escriban que en nuestro país existe un apartheid educativo. Donde los pobres tienen menos chance que los ricos. Un país donde los niños pobres se educan en escuelas de baja calidad en „escuelas basurero“ y los ricos en escuelas de alto nivel.
En Chile, escribe un periódico suizo, la separación socio económica de las escuelas es la mayor del mundo. Por eso, agrega, la UNESCO apoya la exigencia de los estudiantes, de los profesores y de toda la sociedad por un derecho a una educación de calidad para todos, independiente de sus ingresos económicos.
La violenta represión policial de los últimos días tampoco ayuda a nuestra imagen internacional. “Prügel statt Bildung“, lo que en chileno sería „lumazos en vez de educación“, titula el Frankfurter Rundschau, uno de los periódicos más importante de Alemania. Otras publicaciones recuerdan cuando Pinochet sacaba a miles de policías a la calle para reprimir el creciente descontento popular.
Hasta el „ollazo“** del pasado jueves –decir cacerolazo siempre me ha parecido cursi- es recordado con reminiscencias por diferentes publicaciones latinoamericanas y europeas. Como escribió aquel barbudo famoso, parece que en mi país la historia se repite una vez como tragedia y luego como comedia.
6 de agosto de 2011
*Chilenismo, golpe dado con bastón policial, hecho de madera de luma, particularmente dura.
** Manifestación de descontento, golpeando acompasadamente ollas, cacerolas y otros utensilios domésticos a una hora acordada de antemano.